Rutas en el valle de Benasque para todos los públicos

El valle de Benasque, en pleno corazón del Pirineo aragonés, es un destino imprescindible para los amantes del senderismo y la montaña. En este escenario natural privilegiado se combinan montañas majestuosas, bosques frondosos, ríos cristalinos e ibones de origen glaciar. Descubre la esencia de este entorno único, con nuestros itinerarios para todos los niveles. A lo largo de estas propuestas descubrirás senderos botánicos, pequeños pueblos de montaña, refugios de alta montaña y algunos de los rincones más emblemáticos del Pirineo. ¡Un lugar único al que apetece volver una y otra vez!
Sendero botánico de las Gorgas de Alba
A pocos kilómetros de Benasque se encuentra el punto de inicio de este recorrido, ideal para adentrarse en la riqueza natural del valle. Siguiendo la carretera A-139 hacia los Llanos del Hospital, tras unos 9 kilómetros se toma el desvío a la derecha hacia los Baños de Benasque, y a tan solo 600 metros se localiza el Hotel Turpi, junto al que hay una zona de aparcamiento para dejar el coche. Desde aquí parte una ruta circular, sencilla y de corto recorrido, con apenas 130 metros de desnivel, perfecta para realizar en familia. El sendero está concebido como un itinerario botánico, con paneles informativos que permiten identificar especies características del valle como abetos, avellanos, tejos, hayas, acebos, serbales, frambuesos o fresas. A lo largo del camino, la vegetación se combina con espectaculares saltos de agua que caen sobre el río Ésera, conformando un paseo que reúne naturaleza, aprendizaje y belleza paisajística en cada paso.
Ruta del pueblo de Sahún a Villanova
Sahún, un encantador pueblo de montaña situado a 1.124 metros de altitud a orillas del río Ésera, es el punto de inicio de una ruta sencilla y agradable que lo une con la localidad de Villanova. Desde la plaza Mayor se atraviesa el núcleo urbano hasta la calle dels Escamps, donde comienza la senda que conecta ambas poblaciones. El camino discurre entre fincas y prados hasta alcanzar un puente de madera que cruza el barranco de Surri; a partir de este punto, el recorrido se adentra en un bosque cada vez más frondoso, con tramos de ligeras subidas y bajadas. Tras unos cinco kilómetros de caminata se llega a Villanova, un pequeño pueblo pirenaico con apenas 170 habitantes que conserva todo el encanto de la vida tranquila en la montaña.
Ruta de Chía al refugio de Lavasar e ibón Basa de la Mora
La ruta que conecta la pequeña localidad de Chía con el refugio de Lavasar y el ibón Basa de la Mora se puede realizar trayecto accesible tanto en bicicleta como en coche. Primero, recorre unos 25 kilómetros de pista de montaña que enlaza los valles de Benasque y Bielsa. Desde los primeros tramos ya se disfrutan panorámicas espectaculares del macizo del Aneto y de las Maladetas, y al alcanzar el collado de Sahún, a más de 2.000 metros de altitud, se abre la vista hacia el valle de Chistau. El descenso conduce a pintorescos pueblos como Plan, Gistaín o San Juan de Plan, hasta llegar a Saravillo, punto de partida hacia el refugio de Lavasar. Desde aquí, una pista de unos 10 kilómetros con mil metros de desnivel permite alcanzar el refugio, con acceso en coche pagando una tasa de cinco euros. Una vez arriba, basta un agradable paseo para llegar al ibón Basa de la Mora, uno de los rincones más bellos del Pirineo aragonés.
Ruta de las tres cascadas desde Cerler
Desde Cerler, el pueblo más alto del Pirineo aragonés, parte una de las rutas más populares y accesibles para disfrutar de la espectacularidad del agua en alta montaña. El sendero comienza con una suave ascensión entre bosques, pasando por la ermita de San Pedro Mártir, y continúa hasta el puente de Vadiello, que cruza el barranco de Ardonés. A partir de aquí, la senda se estrecha y aparecen las primeras vistas de las cascadas de la Mascarada y del Clotet, antes de alcanzar la imponente cascada de El Bom o de Ardonés, donde termina la excursión. Para completar el itinerario circular y descender al pie de los otros dos saltos de agua, existe un tramo algo más técnico con piedras húmedas y resbaladizas, aunque también es posible regresar hasta el puente de Vadiello y acceder a las cascadas por el otro lado del barranco. El regreso a Cerler se realiza por un sendero panorámico que regala magníficas vistas de algunos de los grandes picos del Pirineo, como el Posets, el Perdiguero o el Gran Bachimala.
Ruta por el barranco y el ibón de Remuñé
El recorrido por el barranco de Remuñé es una de las excursiones más bellas del valle de Benasque y comienza justo donde finaliza la carretera A-139. Desde este punto, el sendero asciende siguiendo el curso del barranco hasta alcanzar la Pleta d’Es Capellans, donde un puente cruza el río. Si se opta por atravesarlo, el itinerario continúa por tramos de pedrera algo técnicos que conducen hasta el ibón de Remuñé y, un poco más arriba, al pequeño ibonet de Remuñé. Sin embargo, la alternativa más sencilla y recomendable consiste en no cruzar el puente y avanzar por el margen derecho del valle, un camino más cómodo que permite contemplar de frente la grandiosidad del circo glaciar. Desde allí se llega igualmente al ibonet de Remuñé, disfrutando de paisajes de alta montaña, para después regresar por el mismo sendero.
Sendero a la Besurta, refugio de La Renclusa y Forau de Aigualluts
El itinerario comienza en el aparcamiento de los Llanos del Hospital y se adentra por un paisaje de pastos de montaña hasta la cabaña libre de Plan d’Están, junto a los ibones que en verano se transforman en una extensa pradera verde. El camino continúa hasta la Besurta, y desde este punto se abre ante nosotros la imponente silueta de la Maladeta. El recorrido puede hacerse circular ascendiendo hasta el refugio de La Renclusa, uno de los puntos de partida habituales para quienes afrontan la ascensión al Aneto. Tras dejar atrás el refugio, el sendero gana altura hasta ofrecer una panorámica privilegiada del Forau de Aigualluts, un espectacular sumidero glaciar que rodeamos antes de descender junto a la cascada del mismo nombre para regresar de nuevo al punto de partida. Desde la Besurta, también se puede alargar la jornada hacia los ibones de Villamuerta.